8/11/1995 – Sociedad Anónima de Trabajo

La Cámara de Diputados de la Nación trató en la sesión del 8 de noviembre de 1995, los proyectos del Poder .Ejecutivo .Nacional y del diputado José Luis Castillo, creando […]

La Cámara de Diputados de la Nación trató en la sesión del 8 de noviembre de 1995, los proyectos del Poder .Ejecutivo .Nacional y del diputado José Luis Castillo, creando un nuevo tipo societario dentro del marco de la ley 19.550, denominado Sociedad Anónima de Trabajo.

   En el artículo 21  del proyecto se establece lo siguiente: “Las sociedades anónimas ya constituidas y las cooperativas de trabajo podrán adoptar la modalidad de Sociedad Anónima de Trabajadores, adecuando para ello sus estatutos sociales y dando cumplimiento a los requisitos exigidos por esta ley”.

En esa oportunidad el diputado Héctor Polino, pronunció el siguiente discurso :

 Diputado Polino: Señor Presidente: Este nuevo tipo de sociedad tiene algunos antecedentes en el mundo, especialmente en la España pos-franquista, con muy buenos resultados . Ha posibilitado la generación de puestos de trabajo y ha contribuido a la reactivación del aparato productivo. En general, nos parece un paso importante en la búsqueda de soluciones para la falta de empleo que existe en nuestro país. Pero he pedido la palabra para señalar lo que desde mi punto de vista constituye un peligro: el artículo 21 del proyecto de ley, incluido entre las disposiciones transitorias.

                   Durante el tratamiento en particular voy a solicitar que ese artículo sea parcialmente modificado porque por su intermedio se permite que las cooperativas de trabajo ya constituidas puedan adoptar la modalidad de la sociedad anónima de trabajadores . Ya hemos tenido oportunidad de hablar de esto cuando se discutió la transformación de los bancos cooperativos y cajas de créditos en sociedades anónimas . Es verdaderamente un despropósito, por que el artículo 6º de la ley 20337 establece expresamente la imposibilidad de esa transformación y no por casualidad.

                    Si bien la ley 20.337 fue dictada durante el último período del gobierno del general Lanusse, para su estudio se constituyó una comisión integrada por las figuras más representativas del cooperativismo argentino de esa época , y no sería  apropiado modificar esa ley por medio de este instituto de las sociedades anónimas laborales porque se le causará un daño muy grande al movimiento cooperativo.

                    Si la sociedad cooperativa se transforma, muere como tal, y en consecuencia se le extiende un certificado de defunción, para en todo caso, darle un certificado de nacimiento como sociedad anónima laboral .

                    Llamo la atención a los señores diputados que suscribieron este dictamen, porque avanzamos  en una política anticooperativista. Con el propósito de generar fuentes de trabajo, con esa loable intención, abrimos la puerta a la destrucción de uno de los movimientos sociales más importantes que tiene nuestro país.

                    Las cooperativas de trabajo tienen un rasgo distintivo: se confunde en una misma persona el trabajo y el capital. No hay una persona que pone el trabajo y otra el capital : son entidades autogestionarias.

 

                   En estas Sociedades Anónimas de Trabajadores existirán personas que aportarán su trabajo y otras que colocarán el capital sin estar obligadas a trabajar en la empresa. En consecuencia , no se puede realizar esa transformación, pues deja de ser cooperativa de trabajo para constituirse en sociedad anónima: ha muerto como cooperativa de trabajo.

                    A través de esta cláusula transitoria y del decreto 2015/94- que impide la creación de nuevas cooperativas de trabajo-, se llega por dos caminos distintos a un mismo objetivo : la desaparición de las cooperativas de trabajo.

                    En respuesta a lo que establece el artículo 20 del proyecto de ley, que otorga a las Sociedades Anónimas de Trabajo exenciones del 100% en el impuesto a las ganancias por los ejercicios fiscales que vayan desde su constitución hasta el tercer ejercicio inclusive, contado desde aquel en que se hubiera operado el inicio efectivo de su actividad económica, el diputado Polino, manifestó lo siguiente:

                    Señor presidente: Nosotros estamos de acuerdo con el proyecto que crea las sociedades anónimas de trabajadores. Con lo que no estamos de acuerdo es con la posibilidad de transformación de las entidades cooperativas en sociedades anónimas.

                    El proyecto que impulsaba en su momento el señor diputado Castillo puede llevarse a cabo ahora . Para ello no hay que tocar el régimen jurídico que rige a las cooperativas de trabajo.

                    Quiero aclarar que las cooperativas en ningún momento pidieron exenciones impositivas que constituyen un privilegio. Simplemente piden que se las deje trabajar tranquilas, que no se les pongan trabas en el camino , que existan normas jurídicas que tengan perdurabilidad, que no se las perturben con inspecciones absurdas de la Dirección General Impositiva y que ésta se ocupe de perseguir a las grandes empresas, que es  donde están los grandes evasores.

                    Nadie ha venido a pedir ni a reclamar privilegios. Nunca habrán visto a algún cooperativista auténtico que haya venido a esta Cámara a pedir exenciones impositivas. En todo caso, han venido a reclamar que se eliminaran regímenes impositivos creados en la época de Martínez de Hoz como castigo.

                    En consecuencia , nadie ha reclamado esta exención que se quiere otorgar de modo que no se puede argumentar esto como un beneficio ya que nadie lo ha pedido. Justamente, si hay entidades que no reclaman exenciones son las cooperativas. El 51 por ciento del capital está en manos de los trabajadores atomizados en muchas manos; en cambio , el 49 por ciento puede llegar a estar en poder de una sola persona, que es la que en definitiva va a manejar la empresa.

                    No nos engañemos. Aquí se transforma una empresa que funciona sobre la base de una filosofía solidaria, que se apoya en el esfuerzo propio y la ayuda mutua, donde el capital está al servicio del trabajo, para abrir la posibilidad de que el trabajo esté al servicio del capital como en la empresa capitalista.