Distintos factores pueden incidir en esta incipiente desaceleración de los precios de los alimentos que en lo que va del año se ubican por encima del nivel general de inflación. “En los últimos meses se dio un efecto de disociación entre la evolución de los precios de los alimentos y la evolución de sus propios costos. Es posible que parte de ese proceso esté teniendo algún escenario de convergencia. Me refiero, particularmente, a la evolución del tipo de cambio oficial, las tarifas y el combustible. Con lo cual, debería haber una tendencia a la reducción de la variación de los precios, sobre todo porque el 3,4% del último mes no refleja la evolución de esos costos”, señaló a Ámbito Hernán Letcher, director del CEPA. Otro factor que puede incidir en una menor suba de los precios en los alimentos son los distintos tipos de controles que está aplicando el Gobierno. Por ejemplo, según el informe del IPCVA, en julio los precios de la carne mostraron una caída del 0,9% frente al mes anterior.
“El último mes hubo cierta dispersión en el aumento de los precios de alimentos. Hubo algo de hidratos de carbono y de derivados de trigo, lácteos. Si los lácteos están más moderados este mes, debería verse una moderación en general en el precio de los alimentos porque la carne se mantuvo relativamente estable”, remarcó Letcher.
Por su parte, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, señaló: “Los alimentos y Bebidas vienen desacelerando mes a mes, pero muy poco en relación a un marco de acuerdo de precios en las diferentes categorías de bienes básicos. Sin embargo, observamos dos temperaturas de precios. Las que están en las grandes cadenas de supermercados con acuerdo de precios y las que están por fuera de estos formatos”.