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Nota: El Economista 15/3/21 Alimentos: la inflación se desacelera (pero poco) y hay diferencias entre los canales de venta El panorama del Gobierno para cumplir con la meta de inflación […]

Nota: El Economista 15/3/21

Alimentos: la inflación se desacelera (pero poco) y hay diferencias entre los canales de venta

El panorama del Gobierno para cumplir con la meta de inflación del 29% en 2021 es cada vez más complicado. Mientras tanto, el principal problema en ese sentido es contener los aumentos en alimentos. El foco está puesto principalmente en carnes, frutas, verduras y hortalizas, que tuvieron subas por encima del promedio general.

Otra dificultad es el impacto de las regulaciones y los acuerdos en los diferentes canales de comercialización. El cumplimiento no es homogéneo y se cumple menos en los canales a los que acuden los sectores de menores ingresos.

El rubro alimentos y bebidas mostró una leve desaceleración en febrero respecto al mes anterior, aunque siguió por encima del promedio general. Según informó la semana pasada el Indec, ese segmento tuvo una variación de 3,8%, un punto porcentual menos respecto a enero. Sin embargo, en el segundo mes del año continuó arriba de la inflación general (3,6%). Las variaciones interanuales siguieron por esa línea. El IPC de febrero, comparado al mismo mes de 2020, fue de 40,7%. En tanto, alimentos y bebidas se ubicó en 43,9%. Vale recordar que los alimentos y bebidas superar al IPC en 2018, 2019 y 2020. El 2021, en su arranque, no perfila distinto.

Si bien hubo cierta baja en el ritmo de los aumentos, la estabilización de algunos productos, que tienen un mayor impacto en los sectores de ingresos bajos, sigue siendo sobre un piso muy alto. La carne y sus derivados son un ejemplo a tener en cuenta, porque en febrero marcaron una variación de 2,7% mensual, cuando en enero había alcanzado el 7,9%. Esto se debió, principalmente, a la implementación del acuerdo con los frigoríficos. Otro ejemplo es el de las frutas, que tuvo en febrero un aumento mensual de 7,9% en contraste a enero, cuando estuvo en 10,4%, con datos de GBA.

Más allá de estas variables agregadas, hay dos subrubros que son los más preocupantes, sobre todo en el Gran Buenos Aires, comparando enero contra febrero: el mencionado de las frutas, por un lado y, por el otro, verduras, tubérculos y legumbres. Estas tuvieron un aumento del 7,9% y 9,6%, respectivamente. En definitiva, muy por encima del promedio general.

Alimentos: la inflación se desacelera (pero poco) y hay diferencias entre los canales de venta
En solo 2 meses (GBA), las frutas subieron 19,1% y las verduas, 10,2%

“Básicamente, la causa de los aumentos es por la ley de oferta y demanda, como creció el consumo de frutas, verduras y alimentos por los cambios de hábitos que generó la pandemia, la oferta no alcanzó a cubrir esa demanda”, consideró el Mariano Winograd, presidente de 5 Al Día, una organización que promueve la ingesta de frutas y hortalizas, ante El Economista.

Entre tanto, lo que está pasando con la carne es para tener en cuenta. Según el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo de carne vacuna cayó 10,5% en el primer bimestre del año. Del pico de 2008, cuando en Argentina se consumían 68,9 kilos anuales por habitante, el año empezó con 49 kilos, un número que permite muestra una caída de casi 20 kilos en la ingesta de carne vacuna en los últimos trece años.

Canales de comercialización

El informe de Ciccra consignó que, en febrero, los mostradores de las carnicerías del Area Metropolitana de Buenos Aires (Amba) registraron una suba de solamente 1,1%. En esa línea, se vieron afectados también los precios de alimentos sustitutos. Por ejemplo, durante el mes pasado, el pollo aumentó 5,7% mensual y el promedio de los cortes de carne porcina se incrementaron 1,8% entre enero y febrero.

Según un informe del Ipcva, los precios en Capital y GBA subieron 1,1% en enero, con subas leves (+1,2%) en las carnicerías mientras que en los supermercados se observaron precios con caídas leves del 1,2%. Contra febrero de 2020, subieron 73,1%, muy por encima de la inflación. Hamburguesas congeladas y picada común registraron las mayores alzas (+6,5%) mientras que matambre (-2,9%), asado de tira (-1,7%) y vacío (-1,4%) registraron bajas.

Los precios de la carne vacuna tuvieron incrementos leves (+0,4%) en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto. En los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, los precios mostraron alzas de 0,8% mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron alzas moderadas mayores: 2,1%.

Los programas implementados por la Secretaría de Comercio, Precios Máximos y Precios Cuidados, buscaron, en el primer caso, contener los aumentos y en el segundo, acordar precios de referencia para artículos de consumo masivo. Pero el Gobierno no intervino en frutas, verduras ni hortalizas.

Precios Máximos nació en el mes de marzo de 2020 y continúa hasta el día de hoy. Fundamentalmente, la medida buscó sostener precios ante el avance de la crisis sanitaria. Los más de 800 productos incluidos en el plan mostraron aumentos que van desde 4% hasta 9% acumulados en dos rondas, la primera en julio y la segunda en octubre, frente a una inflación interanual que cerró 2020 en 36,1%.

La consultora Ecolatina discrimina los canales de comercialización en dos: el moderno (supermercados e hipermercados) y el tradicional (comercios de cercanía y autoservicios). En tanto, los sectores de mayores ingresos compran en el primer canal, mientras que los sectores de bajos ingresos, en el segundo.

Alimentos: la inflación se desacelera (pero poco) y hay diferencias entre los canales de venta

Según la última Encuesta de Gasto de los Hogares, los hogares del 10% de menores ingresos solo destina el 15% de sus gastos en alimentos y bebidas al canal moderno mientras que ese porcentaje aumenta a 45% en los hogares del 10% de mayores ingresos.

“El programa logró su objetivo de contener la inflación en supermercados, pero el comportamiento de los precios en ambos canales fue disímil. El canal moderno respetó casi en su totalidad el programa mientras que en los comercios de cercanía (con menos posibilidad de ser controlados y menor trato directo con el gobierno) la inflación fue mucho mayor (solo se mostró inferior a los aumentos permitidos en fideos)”, explicaron desde la consultora.

Esto quiere decir que el plan tuvo el efecto esperado por el Gobierno para los supermercados. Sin embargo, es probable que el congelamiento no se haya sentido en los sectores más vulnerables. Como quedó demostrado, a pesar del cumplimiento de las principales cadenas, la inflación en alimentos y bebidas se aceleró producto de aumentos en alimentos no controlados, como carne, frutas y verduras que son al mismo tiempo los grupos que más peso tienen en la canasta de consumo de los hogares de bajos ingresos.

Mientras tanto, en las reuniones que mantiene el Gobierno con empresarios de la cadena alimenticia, para acordar precios y salarios, los funcionarios insisten en que no es momento para desregular. Para Ecolatina, “liberar los precios de consumo masivo tendrá un impacto directo sobre una inflación en ascenso, pero no liberarlos no es sostenible”. Las empresas reclaman que esto atenta contra la rentabilidad, ya que los aumentos no están en línea con su estructura de costos. “Incluso habiendo funcionado, el plan contiene muy marginalmente la inflación de hoy a costa de incrementar la inflación futura”, objetaron.

El titular de Consumidores Libres, Héctor Polino, dijo, ante El Economista, que en los comercios de cercanía las variaciones de precios quedan por encima de los precios regulados. “En general, no hay control en este segmento, entonces la gente termina pagando más, nadie sabe lo que vale un producto determinado en dos comercios distintos”, agregó.

LO QUE VIENE

El índice de precios de los alimentos que releva la consultora LCG señala que los aumentos de las dos primeras semanas de marzo fueron del 1% y 0,9%, respectivamente. “Esto deja un arrastre de 3% para lo que queda del mes”, señalaron. Mientras tanto, este índice presentó una inflación mensual promedio de 3,4% en el último mes y 3,6% medida punta a punta en las mismas semanas.

Alimentos: la inflación se desacelera (pero poco) y hay diferencias entre los canales de venta

Según la consultora, las principales variaciones durante la segunda semana de marzo se vieron en lácteos y carnes. Los productos lácteos y huevos encabezaron la variación con 3,1%, seguido por carnes con 1,7%. “El índice sin tener en cuenta carnes hubiera arrojado una inflación semanal de 0,6%, por su incidencia”, explicaron.

Para Polino, en los comercios de cercanía va a ser más difícil que los precios en alimentos bajen. “Nosotros vemos una tendencia alcista en las primeras dos semanas de marzo, el Gobierno deberá buscar la manera de hacer cumplir los controles con las leyes vigentes”, dijo.

“Es presumible que haya más aumentos, pero con cierta desaceleración. Seguramente crezca la producción y haya menos consumo por parte de los hogares entonces se va a equilibrar el precio”, afirmó Winograd. “La nueva normalidad, con menos gente en sus hogares, traerá cierta tranquilidad, y seguramente los aumentos estén en otros sectores”, concluyó.